lunes, 1 de diciembre de 2008

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Documental: Violencia en la familia

Maltrato infantil

El maltrato infantil es un fenómeno que ha existido siempre, está relacionado con el valor social que se otorga a los niños, las expectativas culturales de su desarrollo y la importancia que se brinda al cuidado de los niños en la familia y la sociedad. A través de la historia, la violencia nace por el deseo de defender posiciones, propiedades o pensamientos. Las primeras envestidas de violencia que se conocen en la historia fue cuando nuestros antepasados luchaban por la tenencia de la tierra.
El maltrato infantil aparece como una forma de interacción humana muy difundida. Hoy en día la violencia hacia los niños reviste formas más sutiles, se ejerce de manera silenciosa en el hogar, la calle o la escuela, y se ha convertido en una práctica común y socialmente aceptada. Sin embargo, hasta hace muy poco se le ha puesto el interés debido al problema, se le ha clasificado y considerado como tal y ha incrementado la atención en éste, como lo menciona "El fenómeno de la violencia y el maltrato dentro del ámbito familiar no es un problema reciente.

Es un problema que no sólo afecta al niño(a) que lo recibe, sino a toda una familia. Los malos tratos a los niños(as) pueden ocurrir en contextos como la escuela, el vecindario, el transporte público y, más frecuente, en el contexto familiar.

"La violencia contra los niños y niñas es una violación de sus derechos humanos, una realidad perturbadora en nuestras sociedades", "Nunca puede estar justificada, ya sea por razones disciplinarias o debido a las tradiciones culturales. No es posible aceptar el concepto de un nivel 'razonable' de violencia. El peligro que conlleva la violencia legalizada contra la infancia en un contexto es que se produzca una tolerancia a la violencia contra la infancia en general".


Pero la situación no tiene porqué permanecer igual. Las últimas investigaciones han determinado diversos factores que refuerzan la resistencia de los niños y niñas que han sufrido casos de violencia. Estos incluyen un vínculo seguro con un miembro adulto de la familia, niveles elevados de atención de los progenitores, una relación cálida y positiva con un progenitor que no sea un maltratador y relaciones de apoyo con otros niños y niñas de su misma edad.


Los análisis históricos revelan que ha sido una característica de la vida familiar tolerada, aceptada desde tiempos remotos. Sin embargo, algunas décadas atrás, expresiones tales como niños maltratados, mujeres golpeadas o abuso sexual tal vez habían sido comprendidos pero no consideradas como sinónimo de graves problemas sociales", según Corsi, la violencia comenzó a abordarse como problema social grave a comienzos de los 60, cuando algunos autores describieron el "síndrome del niño golpeado", redefiniendo los malos tratos hacia los niños; también el abordaje periodístico de estos casos, contribuyó a generar un incremento de la conciencia pública sobre el problema.


















Fuente:
  1. Acosta Tieles N. Maltrato Infantil. La Habana: Científico- Técnica; 2002. (2da. Edición)
  2. Almaguer Sao L, García Jorge H A. Adolescentes sin amparo filial: algunos procesos dinámicos de su comportamiento.  Trabajo de Diploma . Santiago de Cuba: Universidad de Oriente; 1998.
  3. Arés Muzio P. Ps de familia: una aproximación a su estudio. La Habana: Félix Varela; 2002.
  4. Arias Beatón G. Acerca del valor teórico y metodológico de la obra de L. S. Vigotzky en Revista Cubana de Psicología. Volumen 16, No. 3; 1999. p.171-176.

¡Mujer, libérate!

¡La mujer! Aparece en revistas, en comerciales. Capaces de quedarse semanas y meses al pie de una cuna, esperan ansiosas la llegada del cónyugue para recibirlo con amor inaudito muchas veces no recíproco. Parece improbable que este ser quimérico e increíble pueda ser víctima de maltrato físico o psicológico.

El machismo y despotismo irradia en el ser evocador del daño, no puede haber otra explicación. Hombres que se jactan de superioridad física y ocasionan daños irreversibles en la carne y mente de tan bello y apoteósico ser. Un golpe y una patada puede ser olvidada, una palabra oprobiosa no. Despedazada y dolida busca consuelo en la risa de los niños, no piensa en buscar solución legal al conflicto, piensa que ello quebraría la unión familiar. Unión que hace mucho tiempo falleció.

Intentan ocultar en vano esas marcas que la vida le ha propinado. Con la yema de sus dedos esparce base por su rostro, el infaltable lapiz labial con colores despampanantes; salen a la calle e intentan borrar aquellas infortunadas huellas, la belleza irradia por los poros.

¡Mujer, debes liberarte! Es intolerable que en pleno siglo XXI todavía se margine y oprima al género femenino que tantas felicidades nos ha traído a la humanidad. Hay que aprender a amar y respetar a la mujer independientemente de su edad, creencias y posición social. Quizá así aprendamos a ser más humanos y por fin valoremos a la reliquia que tenemos en casa.

La familia y la violencia

Como todos han de saber, la violencia familiar es un fenómeno sociocultural a nivel mundial que se da en todas clases sociales sobre todo en familias de escasos recursos.

El origen etimológico de la palabra familia deriva del latín famulus (esclavo, sirviente), que significa el conjunto de las personas subyugadas y esclavizadas por el padre de familia. Para los griegos, la palabra que denominaba a la familia era "oikos" que significa el conjunto de todas las personas que están sometidass a la voluntad del padre o jefe de la casa. Vemos entonces que el concepto de familia, especialmente el de la familia patriarcal, nombra relaciones de propiedad y autoridad.















En la Roma primitiva, el padre de las familias tenía derechos ilimitados sobre sus hijos. Les escogía cónyuges, podía castigarlos y aun venderlos como esclavos, divorciarlos y hasta decidir si un recién nacido tenia derecho a vivir.


Podemos inferir entonces que la violencia intrafamiliar no es un fenómeno reciente, sino que se remonta milenios atrás e incluso era permitido al jefe del hogar. En el Ecuador este fenómeno no está ausente, para fulminarlo habrá que reformar costumbres y tradiciones, inculcar valores y concientizar a la prole sobre esta detestable y penosa acción denominada violencia.

Afortunadamente cada vez son menos los casos de violencia familiar silenciada. Los hombres, mujeres y niños tenemos los mismos derechos y no podemos ser víctimas vulnerables de abusos y sobrepasos de personas cercanas o lejanas. Ojalá con el tiempo y con la evolución social podamos construir en el Ecuador una sociedad libre y sin perturbaciones, familias ecuatorianas sin miedos ni temores. Podemos transmutar esta utopía en realidad y así todos vivir en una familia boyante y dichosa.